"Aprovecha todas las oportunidades que te ofrece la vida porque, cuando pasan, tardan mucho en volver" P. Coelho

domingo, 28 de febrero de 2010

Encantos de Venecia




Estoy agotada. Me pongo a escribir esperando que las palabras fluyan solas aunque mi cabeza está pensando más en descansar que en otra cosa. He sido la segunda en caer con gastroenteritis y hoy estoy muerta, agotada y con escalofríos que me han impedido disfrutar al cien por cien de Venecia y de sus ciudadanos. Aún así, no puedo ni quiero quejarme porque la jornada de hoy me ha enseñado que hay que ser fuerte y capaz de afrontar las situaciones tal cual vengan. He descubierto que la gente veneciana es potente, comprometida, responsable y muy muy amigable.
El día se despertó nublado y con frío. Estamos en lo alto de una colina, en el hotel del pueblo (que nosotros pensábamos que era un albergue, todo hay que decirlo) y hoy por fin vimos por primera vez a Venecia, puesto que ayer llegamos de noche y no apreciamos nada. El pueblo es pequeño y muy humilde, aunque dentro de cada una de esas casas vive gente grande y con mucha hospitalidad. Esto lo hemos descubirto durante la actividad de hoy, que era pasar el tiempo con los venecianos, cada uno con aquellos que más le pudieran interesar, o bien para su proyecto, o bien por asuntos personales. Así, yo y algunos otros extremeñitos nos hemos con Tomás y Ramiro, dos jóvenes de 23 y 22 años, respectivamente, que nos han mostrado los cafetales (plantas de café), un mirador que está en la finca de Tomás, y a algunos artesanos que trabajan la madera en el pueblo.

Esto ha sido muy interesante y productivo porque nos hemos hecho una idea de cómo funcionan en el campo y sus campesinos. Además, nos han enseñado algunas de sus prácticas ambientales que llevan a cabo para mimar sus campos. Pero a pesar de que la charla ha sido súper interesante, porque ha estado acompañado de un paisaje selvático increíble, creo que lo más emocionante para mí ha sido la conversa con Doña Delfina, la madre de Tomás, que nos ha recibido encantada, y que nos ha contado parte de su vida: dura y profunda.

Delfina fue la primera en venir a vivir a Venecia. Su marido y ella se alojaron en la zona cuando no había nadie ni nada y empezaron a trabajar en el campo mientras iban formando su gran familia. Nueve hijos fue el fruto de esta relación que se desquebrejó tras el accidente de tráfico que sufrió el marido, dejando a Delfina sola ante sus chavalos chicos (como se dice por aquí). Aún así, Delfina sacó fuerzas de donde no las tenía para sacar adelante a su familia mientras cuidaba de las tierras y tras ese esfuerzo cada uno de ellos (todos varones) han estudiado y se han labrado su futuro, dando a Delfina más de 40 nietos.
Aunque pueda parecer una historia muy parecida a la de nuestros abuelos españoles, ésta me ha llegado profundamente, no sé si porque hoy yo estoy especialmente sensible o porque Delfina ha sabido ponernos en su papel con su timidez y ternura. Sus manos delatan el trabajo de su vida y el sufrimiento, ya que a pesar de sólo tener 67 años, parecían tener dos siglos de vida y de historia. El consejo para los suyos ha sido siempre el de "luchar y ser buenos en la vida para ser mejores personas" y yo me quedo con eso.
Por otro lado, el compromiso de los jóvenes de la zona ha sido otro de los aspectos que más me han llegado. Tomás, de 22 años, trabaja en la producción de café, maíz, grano... mientras se saca la carrera de Ciencias Ambientales para la que necesita más de tres horas en ir y venir porque está lejos de su pueblo. Con su novia, a la que sólo ve uno o, a lo sumo, dos días a la semana, no se comunica de ninguna manera puesto que en esta zona no hay cobertura ni teléfeno fijo. Esta relación en España sería impensable y no duraría mucho tiempo porque las cosas funcionan a otro ritmo y las necesidades son diferentes. Pero con todo, Tomás nos ha asegurado que "lo importante no es eso sino trabajar y sacar su carrera". Sus fuertes palabras dan envidia. Envidia por tener esa capacidad de sacrificio y compromiso con su familia y su tierra a la que no abandona porque "la ama".
Por último, tengo que señalar las sonrisas que todos los venecianos nos han mostrado desde el primer día. Todas sencillas y fuertes. Siempre ahí, bien puestecitas.
Por todo ello, desde aquí, y aunque ninguno lo sepa porque no lleguen a leer esto jamás, les doy las gracias por hacernos reflexionar (puesto que todos y cada uno de nosotros hemos disfrutado de este día y nos hemos emocionado en mayor o menor medida), por hacernos ver la vida de otra manera, por enseñarnos su día a día, sus pareceres, por sonreir en todo momento, por su hospitalidad y muestras de cariño, su facilidad para meternos en sus casas, hacernos sentir bien... Gracias amigos venecianos.


pd: texto escrito el viernes 26, tras pasar el día con los ciudadanos de Venecia.

La relación entre el hombre y la naturaleza y otros cuentos

Estas son las palabras que me salen en momentos en los que no tengo internet. Escrito el jueves 25 a las 22:30 horas nicaragüenses aproximadamente.

Hoy me he dado cuenta de que estoy en Nicaragua. Ha sido la primera vez después de seis días (uff, ya seis días aquí, sí que pasa el tiempo rápido, sí). La Garnacha, una comunidad de campesinos al lado de Estelí (Las Segovias) al norte de Nicaragua, ha sido quien me ha transformado la visión que tenía. Ese lugar, en lo alto de una colina, se convirtió en cooperativa en los años 80 tras la iniciativa de extranjeros religiosos durante la revolución sandinista. Más tarde, algunos proyectos de cooperación, entre los que destacan los de la cooperación española, han ido desarrollando distintas actividades hasta convertirla en lo que hoy es. El pueblecito, formado por unas 130 personas, se dedica a la agricultura ecológica y a la artesanía con productos naturales de la zona, como hojas de pino (para hacer pendientes), piedra y barro (para todo tipo de objetos de decoración). Allí es donde hoy hemos desayunado (gallopinto -arroz con frijoles- huevo revuelto, queso y tortita. Esto mismo es lo que hemos cenado, por cierto, y mañana seguro que lo volveremos a desayunar. Sí, es el plato títpio de Nicaragua y los campesinos te lo ofrecen como su mejor manjar, de ahí que no podamos rechazarlo, a pesar de que nuestros estómagos se encuentren pesadísimos de tanto arroz y plátano frito. ¡Y nosotros que pensábamos que estaríamos todo el día en el baño con eso del cambio alimenticio!) Pero bueno, sigamos que me pierdo... Decía que en en la visita a La Garnacha hemos visto la fábrica de quesos que tienen donde, por supuesto, yo me he hecho con unos cuantos para llevarlos a España porque ¡me encanta el queso! A pesar de que la técnica de hacer este producto no es la suya, la autóctona (más bien se parece a la que todos conocemos o hemos oído hablar), la leche de vaca y cabra sí que es natural de La Garnacha y el sabor auténtico.

Hoy también hemos conocido a Alverto Gutiérrez. Sí, Alverto, con "v", así es cómo él lo escribe y así es como yo lo voy a poner. Este personaje, de casi 70 años, es ermitaño desde hace 30 y vive en el sendero del Jalacate, un lugar paradisiaco, en plena montaña, cerca de Estelí y rodeado de naturaleza increíble a la que hay que acceder a través de grandes cuestas que si tienes problemas de espalda, como es mi caso en estos momentos (me está haciendo la puñeta la jodida espalda, sí), te recomiendo que vayas despacito y con calma. La particularidad de Alverto es que talla todas las rocas que se ha ido encontrado por su camino y su hogar es un puro espectáculo natural porque tiene cada obra de arte que ni el más artista quisiera haber construido. Sus historias, de personaje salido de un loco cuento, están basadas de lo que oye y le cuentan todo aquél que le visita, puesto que su casa tiene lo mínimo y por supuesto no cuenta con ningún aparato de comunicación. A su parecer ya han pasado por este lugar más de 9.000 personas de todo el mundo y todas han dejado su firma en el libro de recibimientos y despedidas que posee a modo de recuerdo. Los pasillos de árboles, las barandillas y escalones de madera, la piedra tallada con figuras increíbles y el paisaje de fondo (donde casi se llega a ver Honduras) hacen del sendero un sitio para la meditación, la paz, la tranquilidad, la serenidad... Éste es un perfecto ejemplo de la relación hombre-naturaleza.
Ahora, ya de noche, estamos en Venecia. Por desgracia no es la Venecia que todos creemos. Ésta es un pueblito de unos 600 habitantes donde la pobreza es la dueña del territorio, aunque no la pena ni las caras largas de sus ciudadanos. Todos viven de la agricultura (grano y café) y de la ganadería. Por suerte el medio ambiente está muy presente en toda esta gente y mañana será un día de observación y conversación con sus ciudadanos para que me cuentan su día a día y pueda utilizarlo para mi proyecto. Serán mi fuente de información y de aprendizaje porque no dudo de que me aportarán mucho.
En el paseo desde La Garnacha hasta Venecia, unas 3 horas por caminos (ya que aquí sólo está asfaltada la carretera panamericana, esa que va desde Canadá hasta Argentina) te das cuenta de la pobreza y la humildad de las gentes. La electricidad no existe, tan sólo una bombilla por casa es lo que alumbra cada hogar donde no hay teléfono fijo y donde las comunicaciones entre los pueblos son estos mismos caminos de grava y polvo por donde pasamos nosotros. Así, en el trayecto te encuentras a gente en bicicleta, otros transportando materiales en carros tirados por burros o mujeres que cargan con cacerolas (imagino que llenas de arroz con frijoles). Me pregunto si su vista estará mucho más desarrollada que la nuestra para poder caminar a oscuras en esta noche cerrada. Me pregunto a dónde irán, aunque tampoco es demasiado tarde para deambular, tan sólo son las 19:30 horas. Me pregunto si se extrañan al vernos y si se cuestionan eso. Me pregunto por qué aún existen pueblos en estas condiciones en pleno siglo XXI. Me pregunto por qué nosotros somos los privilegiados y no ellos... Me pregunto, me pregunto, me pregunto...
Supongo que es, a partir de ahora y después de que periodistas, historiadores, políticos locales y un grupo de jóvenes sandinistas nos contaran ayer cómo está el país y hacia dónde camina, cuando podemos enfrentarnos a la pura realidad nicaragüense, esa de la que tanto estoy hablando en estos textos y de la que tanto quiero saber. Ahora empieza realmente este proyecto, ahora empiezo a verlo todo un poco más claro porque ahora sé que he llegado a Nicaragua.

martes, 23 de febrero de 2010

Viajamos al norte



Mañana nos dirigimos a Las Segovias, región norteña nicaragüense, donde estaremos cuatro días conviviendo con una comunidad campesina, sus montañas y tradiciones. Entre ellas su comida. Platos raros y exquisitos (seguro) que espero degustar, a pesar de que al parecer nos deleitarán con sus mejores carnes por convertirnos en invitados. Por ahora la cocina me está pareciendo muy diferente a la nuestra, o al menos a lo que yo como habitualmente. Los platos carnívoros me están matando porque es su mayor ingrediente, aunque no por ello las verduras y ensaladas sean nulas, ya que la cantidad de salsas están hechas de productos verdes. El arroz es también uno de sus principales ingrediente y entre las degustaciones culinarias típica destaco el gallopinto (arroz con frijol rojo), caballovaio e indioviejo (pasta de maíz acompañada de carne, arroz y plátano frito). Pero esto tendrá que ser en otro capítulo porque aquí es la hora de la cena y como ven, me dispongo a una nueva cata, para el paladar, el estómago y el alma.
Hasta mañana y felices sueños.

lunes, 22 de febrero de 2010

Pisando tierra Nica

Calor. Con mucho calor es cómo nos recibe Costa Rica a la bajada del avión. Normal, el clima tropical es como es y nosotros venimos cargados de forros polares y botas de montaña que nos estorban nada más asomarnos al país. Pero da igual, nos despojamos de los ropajes como podemos (puesto que las mochilas, los ordenadores y las mantas y almohadas robadas de Iberia nos impiden el movimiento) y nos adptamos al medio de manera veloz. Al final el viaje se ha convertido en unas 25 horas (contando con la salida en bus desde tierras extremeñas) y este día ha sido largísimo, así que tras unos rones de Flor de Caña (típico de Nicaragua) cerramos los ojos y nos dejamos llevar por el intenso cansancio de la jornada.
Al día siguiente descubrimos el Pacífico y una fiesta de caranaval en Puntarenas, que más que eso parecia un festival de música en la playa. De ahí que nos integrásemos perfectamente al mabiente porque no creo que nadie pueda resistirse al sol, al mar ni a enseñar las carnes en verano con eso de que el calor era tan intenso que te penetraba. Así, gracias al baño llegamos fresquitos a Nicaragua, ya de noche. Aún no hemos visitado gran parte del territorio nica pero creo que ya nos ha calado. Y es que estar a unos 1400 metros sobre el nivel del mar rodeado de una selva espectacular creada misteriosamente en pleno volcán Mombacho no tiene precio y te cautiva, normal. De ahí que no tenga palabras para describir este paseo que dimos ayer. Demasiadas cosas diferentes para asimilarlas todas de una vez: árboles, plantas, flores, arbustos, hojas, paisajes, fumarolas (pequeños cráteres desde donde sale azufre del interiro de la tierra)...

En definitva, un impresionante ecosistema que no te deja indiferente. Así como el Lago de Nicaragua o lago Cocibolga, la extensión de agua dulce más grande de Centroamérica que está formada por 365 isletas habitadas y cuyo paseo en barca recomiendo a todo el que visite este pequeñito país. Desde ahí abajo vimos el Mombacho, a lo alto, como vigilante, mientras paseamos alrededor de las islas donde a veces nos salían niños a saludar e intentar vendernos alguno de sus productos artesanales. Mientras, el sol se despedía de nosotros anunciándonos que era la hora de dar la vuelta. ¡¡Qué lindo!!
Y... ahora aquí, en el centro de Ticuantepe poniéndome al día de lo que pasa a ese lado del Atlántico tras unos días sin conexión y después de una jornada formativa con un interesante historiador, un periodista y una bióloga que nos han mostrado parte de la realidad nicaragüense con el fin de intentar comprenderla.
Lo único que me queda por añadir es que por ahora me estoy riendo mucho. No sé si por la felicidad del momento o porque los compañeros son unos cachondos, pero la "fragoneta" que nos traslada a los sitios y que será una más de nosotros se ha convertido ya (en sólo dos días) en casi un confesionario que deseo que nos dé muchas alegrías y momentos de disfrute.
Espero que todo siga bien por donde quiera que estéis. Sed felices.

Fotos:
1. Panorámica del lago Cocibolga
2. Gansinos recorriendo el volcán Mombacho
3. Reflexión en lo alto del Mombacho

jueves, 18 de febrero de 2010

Alzando el vuelo

Los Gansinos estamos a punto de comernos el mundo nicaragüense ante la hambruna que llevamos. Hambre de conocimiento y sabiduría que esperamos traerla bien masticadita para hacérosla llegar, tanto durante la estancia allí (si las conexiones a los mundos virtuales lo permiten) como a la vuelta (si no decidimos quedarnos más tiempo, claro).
Os animo a que divulguéis lo que os vamos contando porque es necesario que se conozca y que todos participemos de esto. Sois mi red de alianzas, no lo olvidéis, y os necesito para conseguir entre todos cambios de conciencia, de puntos de vista y pareceres diversos.
Sin más, y teniendo en cuenta que aún tengo que rematar algunas cosas en la maleta (puesto que salimos esta noche), os dejo. Seguiré conectada desde el otro lado del Atlántico atenta a vuestros pasos.
Mil y un besos.

martes, 9 de febrero de 2010

Desnudando miedos. Topalantismo


Un segundo fin de semana de formación en Valencia de Alcántara (Cáceres) y ya soy más fuerte, más completa y me siento algo más segura de mí misma. Los interrogantes de la primera semana han desaparecido aunque no por ello los momentos de crisis sobre el proyecto final y lo que nos espera.
Este finde hemos sido 15 y no 17 extremeñitos como nos presentamos al principio. Lino- Lagarrapata y Juanfran-Jirafa se han desviado del camino que emprenderán los Gansinos por motivos personales aunque han prometido seguir el vuelo desde la distancia. Con ello, Irene y Mª José, que se encontraban en reserva, se unen a los graznidos del grupo del que ya formaron parte el primer día.
Y es desde ese primer día en el que la energía no ha dejado de pulular entre nosotros de una manera mágica. Empezamos a sentirnos unidos, a apoyarnos y a ayudarnos ante situaciones de crisis individuales. De éstas ha habido unas cuantas en Valencia puesto que han sido días duros e intensos de tanto pensar y razonar. El trabajo que cada uno desempeñará en Nicaragua es difícil de definir porque hay matices que se nos escapan, terrenos desconocidos que no llegamos a imaginar y objetivos que aún no visualizamos. Pero tras muchas conversaciones y pedida de consejos logramos concretar nuestro trabajo. ¡Por fin!
Yo aún no quiero desvelar lo que será el mío puesto que seguro que va cambiando de forma una vez esté en el terreno de juego. Lo único que puedo adelantar es que trabajaré sobre los valores medioambientales que existen actualmente entre los nicaragüenses con el fin de observarlos, reflexionar y aprender de ellos, ya que estoy convencida de que son muy diferentes a los nuestros. Como ven, no voy a ir a hacer escuelas, granjas ni a aconsejarles sobre los beneficios de las energías renovables, por ejemplo. Tan sólo pretendo observarles y traer su realidad para tomar ejemplo, ya que a apesar de su pobreza y falta de recursos es un país que se cuida y quiere a su medio natural. Además, pretenderé que, de una vez por todas, abramos los ojos desde este llamado "primer mundo" para evitar que los más pobres del planeta tengan que pagar las malas conductas ambientales de los ricos. Y es que, no sé si lo saben, pero Nicaragua es el tercer país, empezando por abajo, que más sufre las consecuencias del famoso cambio climático. Así, me gustaría que pensaran en él cuando cojan su coche de manera innecesaria, cuando abran el grifo más de la cuenta para cepillarse los dientes, cuando utilicen un ascensor para subir a un primer piso o cuando tiren la basura al mismo contenedor sin preocuparse de la importancia de separar los distintos materiales...
Para el que aún no tenga claro en qué consiste esta aventurilla y se haya liado, le explico: Jóvenes Cooperantes con América Latina es un programa formativo que consta de tres fases (el viaje al país centroamericano es sólo una de ellas) y cuyo objetivo es concienciar y sensibilizar a los jóvenes extremeños de otras realidades con el fin de "comprometerse a partir de la vivencia". Es decir, ACTUAR a la vuelta.
Precisamente, es esto lo que seguiré haciendo cuando vuelva a tierras veratas: cooperar y trabajar con otros pueblos con el fin de compartir conocimientos y saberes para avanzar. Creo que así conseguiremos cambios y lograremos que este mundo sea algo más humano, humilde, solidario, libre, igual, justo, comprometido, digno, respetuoso, tolerante, optimista, paciente y llegue a tener más sentido del humor (:D). ¿Se animan a conseguirlo juntos?
No hace falta que me contesten ahora, tómense su tiempo, piénsenlo, mediten, lean, sientan... Mientras tanto, yo seguiré trabajando en mi idea porque aún queda mucho por hacer.

pd: a partir de ahora ejerceré la teoría del "topalantismo" = "to pa'lante" surgida este fin de semana en una de las muchas conversas de Juan y atribuída a un amigo nica . ¡¡Me encanta!!

martes, 2 de febrero de 2010

Nicaragüeándome

Nicaragua, Nicaragüita…. Pasan los días y mis ganas por conocerte crecen: te siento fuerte, me acaricias suave… Vuelo y caigo en tu cuerpo… Leo sobre cómo eres, qué ofreces, cómo son tus pueblos y pobladores, tus aguas, tus bosques, tus montañas rojas de lava… Y es que por fin encontré una guía turística de Nicaragua. Después de patearme librerías y preguntar por doquier (a lo que me contestaban que a partir de febrero llegarían las guías y dándome a entender que sólo hasta entonces la gente no se pone a viajar como loca) he encontrado un manual de Juan Echánove y Joaquín Rabella que no parece tener desperdicio y que me tiene enganchada por saber más del país que me espera.


Para aquél que no conozca nada acerca de Nica aquí añado el enlace de un vídeo (ya que por problemas técnicos no puedo descargarlo) sobre parte de su historia. En concreto es la película “Sandino”, del chileno Miguel Littin, que narra la vida de Augusto César Sandino (1895-1934), líder de la resistencia nicaragüense frente al ejército de ocupación estadounidense y la Guardia Nacional, fuerza militar del país centroamericano que se organizó en su contra tras la derrota de los marines. Su aventura militar, que duró seis años con la ayuda del campesinado, le convirtió en un héroe latinoamericano y mundial denominado General de hombres libres. http://www.youtube.com/watch?v=tQidNHV6bso

Según Littin, esta película, que se estrenó como largometraje en 1991 y como serie de televisión en 1994, "narra la historia de Sandino desde un punto de vista humano: el esfuerzo y la perseverancia de un hombre por liberar a su pueblo y de cómo se convierte primero en un jefe, luego en un héroe y después en mártir. No se trata de una biografía al estilo de una iconografía escolar, sino existencial. El halo poético y romántico pesa más que el puramente político. Con Sandino pretendemos rescatar para la memoria popular la figura, la gesta, la aventura y desventura sin fronteras de un hombre que, como pocos, simboliza el anhelo de libertad e independencia de América Latina".


Más tarde, tras la lucha y muerte de Sandino, llegaron al poder los sandinistas (1979-1990), un "grupo de jóvenes idealistas y desaliñados" que vieron una oportunidad para lograr cambios políticos en el tercer mundo y cuyos acontecimientos tuvieron trascendencia internacional.
Pero de todo esto y más os informaré desde allí. Puesto que las ideas sandinistas están aún frescas y son apoyadas casi por la mitad de los nicaragüenses, prefiero contaros cuáles son los pareceres de estos sobre aquéllos mientras yo también participo en su historia. ¡¡Y ya hay muchas ganas de ello!!

Caminando… Conociendo…Viviendo…