"Aprovecha todas las oportunidades que te ofrece la vida porque, cuando pasan, tardan mucho en volver" P. Coelho

jueves, 11 de marzo de 2010

Conflicto cuerpo-mente en el Maderas


(Miércoles 10 marzo)

Hoy subimos al volcán Maderas, el segundo más alto de esta isla encantada en la que estamos alojados. A pesar de que Juan nos avisa de lo sufrido que es tanto la subida como la bajada, nosotros nos atrevemos con todo y dejamos que la exageración no nos impida la marcha. Pero claro, la montaña es bien alta y pronto empezamos a fatigarnos. Lo más sorprendente es la cantidad de sudor que empezamos a echar. Yo lo flipo, es como si me deshidratase por segundos, aunque me cuentan que es el calor tropical el que te hace sentirte como agua. El grupo anda sin prisa pero sin pausa.

Así, todos juntos vamos hacia adelante intentando esperar a los más rezagados. Siento de nuevo la fuerza de la gente, la unión, la ayuda y la cooperación. Eso de lo que aprendimos tanto al principio y de lo que algunos empiezan a no sentirlo. Pero ha sido el Volcán, su dureza, el que nos ha devuelto la energía positiva, creo, aunque no todos han tenido esta perspectiva.
El camino puede dividirse en varias etapas, unas de subida intensa llenas de raízes, piedras y barros, y una de bajada con la que accedes a una súper laguna preciosa. Es lo que la naturaleza ha creado en la boca del volcán, en su interior, después, supongo, de miles de años de erupciones.
Ahora las piernas casi que no me responden, las rodillas me duelen, el cuerpo me tiembla. Han sido cuatro horas de subida y unas tres de bajada a tope. Lo bueno es que los guías, chicos jóvenes de Ometepe, suben y bajas cual cabra montesa y ¡¡sin mancharse!! puesto que la ruta estaba súper embarrada, sobre todo en la parte más alta, debido a la humedad.
La sensación ha sido muy positiva a pesar del esfuerzo y del cansancio, a pesar de ese confilcto interno entre el cuerpo y la mente mientras subes y bajas, a pesar los dolores intensos que te llegan por momentos. Pero las vistas desde lo alto y la energía que he sentido sobrepasan todos los males que hayan podido aparecer.
Ahora a relajarse con el volcán Conepción de fondo y con el atardecer a lo lejos. Otro día se va sin casi darnos cuenta. Esto es el principio del final.

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